de Montaña Nacional e Internacional

Archive for August, 2010

Montaña invernal

Es en invierno cuando la montaña está más bella. Sin embargo es también la época en que las condiciones son más duras y los peligros mayores. La nieve dificulta mucho la marcha y a menudo puede dejarnos bloqueados si su espesor es grande y está blanda.

Las temperaturas en invierno son generalmente bajas en la montaña, y en zonas de altitud pueden ser extremas (muchos grados bajo cero); sobra pues decir que para ir en invierno a la montaña es indispensable poseer experiencia y conocer perfectamente las técnicas de marcha sobre terrenos helados (uso del piolet y crampones). Hemos de disfrutar además de una buena preparación física, y conocer perfectamente nuestra capacidad.

La alta montaña

La alta montaña no es un mundo reservado a los alpinistas de elite, pero tampoco es un terreno en el que los profanos puedan andar a sus anchas. La alta montaña tiene sus reglas, pero respetándolas puede deparar muchas satisfacciones. Para practicarla es necesario poseer una buena experiencia, aprender a moverse en zonas a menudo escarpadas y difíciles, y también aprender a adaptarse al medio, ya que es difícil encontrarse zonas habitadas y la presencia humana es menor que en las zonas bajas.

Para acceder a la alta montaña es necesario poseer unos buenos conocimientos sobre meteorología, equipo y proveerse además de un material específico y de buena calidad. Además, en alta montaña las distancias son con frecuencia largas, y las marchas penosas, por lo que es necesaria una buena preparación física.

Una buena manera de iniciarse en la Alta Montaña es hacerlo de la mano de alpinistas más expertos, de los cuales siempre se puede aprender.

El equipo

El equipo adecuado y de buena calidad es otro de los factores que tener en cuenta. La ropa, el calzado y demás material estará acorde a la actividad que vamos a realizar. Así, para una travesía invernal por montaña, llevaremos unas buenas botas de alta montaña, y no unas simples botas de excursionismo, que sin embargo servirán perfectamente para una excursión montañera de verano.

Hay que tener en cuenta que en la montaña los cambios de temperatura pueden ser bruscos y rápidos, por lo que es necesario llevar ropa de abrigo y prever esta circunstancia. No es raro que un día que comienza soleado y con calor pueda terminar con lluvia o nieve y frío intenso en zonas altas de montaña, por lo que no es aconsejable “ir con lo puesto”.

En días soleados y en zonas nevadas es muy importante el uso de unas buenas gafas de protección con unos cristales adecuados, así como protegerse la cabeza del sol. También es interesante en zonas nevadas el uso de cremas labiales y cremas protectoras para la cara con alto índice de protección; no hay que olvidar que en la montaña la radiación solar es mucho más intensa que al nivel del mar y además se ve aumentada en las superficies nevadas (fenómeno de reverberación).

Preparacion fisica

La preparación y el entrenamiento también son importantes. Una actividad de montaña nunca debe emprenderse sin una forma física aceptable en consonancia con la actividad que vamos a realizar. Una norma básica de funcionamiento es la de “no ir más allá de los propios límites”. Es decir, no aventurarse en acciones para las que uno no está preparado.

No conocer el terreno

En la  montaña no siempre ocurre esto, y a veces se va a zonas que antes nunca habíamos conocido. Aún así la experiencia y unos buenos conocimientos de orientación son fundamentales para que el montañero encare su salida con un mínimo de garantías. Es importante saber interpretar y manejar un plano y una brújula y aprender a orientarse de forma intuitiva y eficaz. Igualmente es de gran utilidad poseer conocimientos sobre meteorología y que puedan ayudarnos a intuir un cambio brusco de tiempo, una tormenta, o la llegada de la niebla.

Peligros

Dentro de los llamados peligros de la Montaña se pueden distinguir dos grupos: los llamados peligros objetivos, sobre los que el deportista no tiene responsabilidad directa, ya que no se derivan de su actuación (avalanchas de nieve, cambios bruscos de tiempo, tormentas, rayos…), y los llamados subjetivos, que derivan de una incorrecta actitud del deportista (por ejemplo, agotamiento físico por falta de preparación, caídas en hielo por falta de material adecuado…).

Los primeros no son evitables, aunque el conocimiento de tales fenómenos puede ayudarnos o no a eludirlos; los segundos no sólo pueden sino que deben ser evitados, siendo ello responsabilidad de cada practicante.

Normas en la montaña

1.- No abandones ni entierres la basura. Llevatela a donde haya servicio de recogida

2.- Cuidado con el fuego. No enciendas nunca fuego ni en las barbacoas de obra previstas para ello. Llevate la comida ya preparada. No arrojes nunca colillas, ni desde el coche ni andando.

3.- Respeta y cuida las fuentes ríos y otros cursos de agua. No viertas en ellos jabones, detergentes, productos contaminantes ni residuos.

4.- Cierra los portones, verjas, trancas, puertas de cabañas, etc., que te encuentres por el campo para impedir que entre o salga el ganado u otro animal.

5.- Cruza siempre la tierra de labranza por los senderos. No pises nunca el sembrado.

6.- Respeta los caminos. Los atajos solo sirven para deteriorar el suelo y crear barranqueras que pueden llegar a hacer desaparecer el sendero original.

7.- No arranques nunca flores ni ramas así todos disfrutaremos de ellas.

8.- No conviertas la naturaleza en un taller cambiando el aceite o lavando el coche en cualquier acequia.

9.- Los vehículos de motor son para desplazarse en carretera. No círculos con ellos por pistas. No rompas con el ruido la paz de la montaña ni provoques la naturaleza.

10.- No acampes por libre. Respeta los lugares de acampada.

Reglas para ir a realizar deporte en la montaña

1.- Respeta a la montaña, tanto como te gustaría que te respetaran el patio de tu casa.

2.- Trata de rodar siempre acompañado

3.- No te lleves nada, el recuerdo solo esta en la mente y en las fotos, solo llévate contigo lo que llevaste y la basura que encuentres por el camino

4.- Rueda siempre por caminos y veredas, no inventes caminos: ellos ya están ahí.

5.- Respeta a la gente del lugar para que siempre te respeten y te dejen pasar, siempre que sea posible saluda y ayuda a la gente si es necesario.

6.-Respeta la propiedad privada y ejidal, no ruedes por caminos de sembrados.

7.- No espantes a los animales.

8. Evita derrapar en las veredas, más aún si estas en temporada de lluvias.

9.- Ayuda siempre a otros ciclomontañistas aunque no sean de tu equipo o estés en competencia.

10.- Regresa un poco de lo que tu te llevas sin querer. Planta por lo menos cinco árboles al año.

Consejos

En la montaña deben observarse una serie de precauciones para intentar evitar accidentes más o menos graves. Aún en época estival, deben tenerse muy en cuenta las condiciones climáticas. Conviene saber:

A la montaña se debe ir siempre con el equipo adecuado, según la estación del año, y en grupos, no en solitario.

Una anomalía típica en la montaña es el “golpe de calor”, que ocurre cuando se realizan esfuerzos prolongados a altas temperaturas. La piel seca y caliente, el calor rojizo o amoratado, la temperatura elevada, y un estado de confusionismo son sus síntomas. Son más proclives a sufrirlo los ancianos, niños, obesos y alcohólicos. Aparte, son comunes el resto de trastornos que produce el sol, como la insolación y el eritema solar.

En una situación de agotamiento por el calor, si se continúa el ejercicio físico fuerte se pueden producir calambres -principalmente en las piernas-, al aumentar la sudoración en condiciones desfavorables.

En la ascensión a la montaña hay que tener presente que a mayor altura, la presión atmosférica desciende, así como la cantidad de oxígeno, por lo que a determinadas cotas de altitud, se producen dificultades en la respiración.

Decálogo de entrenamiento en la montaña

  1. Programar adecuadamente la estancia: ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?.
  2. Incluir un trabajo de preparación previa y otro de readaptación posterior.
  3. Es requisito imprescindible acudir a la altura en perfecto estado de salud.
  4. Respetar las fases de adaptación individualizando las cargas en función del deporte, el momento de la temporada y la experiencia previa del atleta.
  5. Cuidar de manera especial la nutrición y la rehidratación.
  6. Programar específicamente la cualidad que se quiere trabajar.
  7. Reforzar las medidas de recuperación.
  8. Realizar algunos entrenamientos a las intensidades “reales”, bien con trabajos cortos y largas recuperaciones o con esporádicos desplazamientos a alturas inferiores.
  9. Controlar científicamente las intensidades de los entrenamientos y la asimilación de las cargas.

10. Tomarlo con calma y asesorarse por especialistas.

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